Nagarote
21 de octubre de 2014 –
En Managua, antes de salir para Nagarote vimos representado en carteles, lo fuerte que es la religión católica por estas latitudes. Algunos ejemplos de ello:
Otros carteles:
Gracias a los consejos de Beatriz pudimos salir de la ciudad cortando camino y así evitar el pesado tráfico.
En el camino, mientras pasábamos por Ciudad Sandino, un pozo que no vi y la parrilla de atrás que se rompe, haciendo que todo el equipaje caiga sobre la rueda, lo que me hizo tambalear y casi caer.
Por suerte fue enfrente a una gomería, pero allí no pudieron solucionar y salimos a buscar a un soldador.
Si no arreglamos no podemos seguir pensaba. Nos dijeron de uno que estaba a algunas cuadras. Fuimos hasta ahí, metiéndonos barrio adentro, preguntando, mirando mientras éramos mirados. Hasta que llegamos a una humilde casita, llena de clavos, tornillos y metales por el piso. De adentro salió Fernando, nuestra última esperanza, que por suerte dio el diagnóstico de que tenía solución.
Después de unos minutos y soldadura mediante, estábamos en condiciones de continuar!
A seguir, una vista a orillas del lago de Managua del volcán Momotombo.
Al cabo de algunas horas y 42 km que la separan de Managua, ya estábamos en Nagarote. Elegimos llegar a dicha ciudad ya que nos habían comentado que era un lugar muy agradable, tranquilo y porque nos quedaba a mitad de camino a León, nuestro próximo destino.
Se dice que su nombre significa “en el camino de los Nagrandanos” y proviene de la lengua indígena Chorotega. Tiene una población de aproximadamente 40.000 personas.
De todas formas nos sorprendió gratamente lo arreglada y bonita de la plaza, y la limpieza de la ciudad cuando dimos una vuelta.
Es común ver a las personas limpiando las veredas y calles frente a sus casas e incluso la parte de sus vecinos. Nagarote ha sido galardonado por tres años consecutivos como “Municipio Azul”, debido a los esfuerzos que hacen la municipalidad y la ciudadanía en general por vivir en armonía con el medio ambiente.
Enseguida en la entrada una persona nos grita “Bienvenidos a Nagarote, amigos!”
Nos dirigimos a la plaza central como de costumbre y enseguida se acercó el cuidador de la plaza.
Nos comenta lo “sano” que es la ciudad, que todos se conocen y que podemos andar muy tranquilos. Ese término para referirse a la seguridad es muy usado en general por la gente por los lugares que pasamos. Como si fuese un tipo de enfermedad que tienen las personas que las llevan a cometer delitos, y la sociedad, las políticas económicas, la historia de los países no tuvieran nada que ver.
Cuando le preguntamos por algún sitio para pasar la noche, nos recomendó la estación de bomberos o nos ofreció poner la carpa allí mismo, que era muy tranquilo.
Fuimos hasta los bomberos y vimos que para dormir no había mucho espacio, pero consultamos para bañarnos y nos proporcionaron sus instalaciones.
Ya limpios y con las energías repuestas volvimos a la plaza para instalarnos. Habían cambiado de turno y otro era el cuidador de la plaza, pero tan amable como el anterior nos dijo que esperáramos el anochecer para armar la carpa.
Así lo hicimos y a medida que entraba la noche, comenzaban a llegar algunos parroquianos a conversar y hacerse compañía.
Entre muchas anécdotas que iban relatando, dos en particular me interesaron más que otras.
La primera trataba los años previos a la revolución sandinista del 79, años de Somoza, en los cuales la Guardia Nacional (la policía somocista) cuando salía a patrullar las calles, lo primero que revisaba en las personas que encontraba era los codos y las rodillas. Si tenías gastada la ropa en dichas regiones, te llevaban y probablemente no volvías más, ya que era señal de que eras guerrillero.
La otra, refiere al terremoto ocurrido hace algunos meses, que dejó como saldo una rajadura en la iglesia de enfrente.
Ya eran como las 23 horas y era momento de dormir, al día siguiente debíamos despertarnos a las 4 am según el acuerdo con el placero, porque a esa hora comenzaban a limpiar la plaza.
En medio de la noche se desato una tormenta y aunque estábamos bajo techo, por el desnivel del piso estaba entrando agua y se forma una pequeña laguna en la que nuestra carpa era la isla. Salgo para ver ya que estaba entrando agua y veo que al lado estábamos acompañados de un señor que dormía en medio del charco. Después de sacar un poco el agua, vuelvo acostarme pero ya quedaban dos horas para levantarme.
En la mañana, con el cuerpo quejándose de su suerte, después de hacer un tiempo por allí, decidimos dar una vuelta por la ciudad y probar el famoso quesillo de “bone”, muy recomendado por los lugareños.
Nagarote es conocido como la “Cuna del Quesillo”. Este plato típico de exquisito sabor está hecho de crema, cuajada de quesillo, ensalada de cebolla y tortilla (de maíz). Su elaboración es una actividad fundamentalmente femenina.
En el parque central se encuentra un monumento de mármol a una “quesillera”, mujer de cinco metros y tres toneladas.
Era la hora de entrada de clases y vimos cómo era muy recurrente el uso de las bici-taxi como medio de transporte de los estudiantes.
Quedamos sorprendidos mientras pasabamos de ver el tamaño de las papayas (mamones)!
También pasamos por una peatonal llamada “el paseo de la Biblia” construida hace poco, que se transformó en punto de encuentro y lugar de paseo de locales y turistas. En dicha área ya se han llevado a cabo bodas y actividades religiosas.
Otro punto emblemático es donde se encuentra el famoso árbol de Genízaro. Éste es considerado el árbol más viejo de Nicaragua, puesto que su antigüedad se calcula en más de 1,000 años, por lo cual fue testigo de muchos acontecimientos importantes. Uno de ellos fue el ahorcamiento del legendario y valiente cacique Nagrandano por parte de los españoles, por oponerse a las colonias y luchar por los intereses de su pueblo.
Por último antes de irnos pasamos nuevamente por la plaza para despedirnos de nuestros tan amables anfitriones. Pero estando allí, unos niños curiosos se nos acercaron y “probaron” nuestras bicicletas.
Y así nos fuimos, llenos de una serena alegría de saber que en lugares como Nagarote, la gente te recibe con sincero entusiasmo, con humilde hospitalidad, con una entregada amistad.
Ya de camino a León, un momento siempre esperado después de horas de pedaleo, la parada para e almuerzo en algun comedor de ruta:
enero 31, 2015 at 12:23 am
Holaaaa como estarán pasando !!!!!!! Con papa y mama .que bueno.no escribo mas pata no ser pesada pero. Estoy siempre en espera de novedades .bss a todos
febrero 3, 2015 at 4:29 am
Hola Sonia! Pasamos barbara con ellos por aca. Fue buen para matar a saudade, descansar de la bici y conocer lugares muy lindos!! si…ahora tenemos que por en dia los relatos y post..estamos atrasados!! Pero de a poco sale!! Besos
febrero 2, 2015 at 8:06 pm
La saudade!!!!! Era grande!!!!! Cuanto tiempo sin novedades.jaaaa pobrecitos.que hambre de familia.bs grandeeee
febrero 3, 2015 at 4:37 am
Sonia!!Que bem que seguis nos acompanhando!! Na medida do possível vamos atualizando o blog. E agora com as energias carregadas com a visita dos sogros! Beijo a todos!
febrero 3, 2015 at 9:21 pm
Muy bueno el foto-relato ! Seguimos viajando con ustedes. Abrazo grande!
febrero 6, 2015 at 12:55 am
Arriba gente , es muy lindo sentirse acompañado por los amigos ! abrazo gde a ambos.