Chalchuapa y Ahuachapán

CHALCHUAPA

28 de Diciembre de 2014 – (El Salvador)

Ubicación mapa: punto 59 y 60

Tan solo 15 km nos separaban de nuestro próximo destino, Chalchuapa, de la cual lo único que conocíamos era que nos iba recibir Alexis, a quién contactamos por couchsurfing.

En menos de una hora, llegamos a destino.

Chalchuapa tiene una población pokomame precolombina fundada a fines del siglo V o VI y en parte sometida por los pipiles a fines del siglo XV.

Callecitas adoquinadas y algunas preguntas nos condujeron a la plaza de la ciudad, lugar marcado para el encuentro con nuestro anfitrión.

Estuvimos algunos minutos allí, mientras descansábamos y observábamos las vidas que pasan siempre tranquilas en las plazas de cualquier lado.

Al rato, aparece Alexis en su auto, simpático y entusiasta. Nos presentamos y luego lo seguimos escoltados atrás de su coche hasta su casa. Allí vive junto a su madre María Vilma, con quienes mantuvimos gratas charlas y conocimos un poco del cotidiano de la ciudad.

Luego nos llevó hacer una recorrida por la ciudad.

Una casa antigua con unos guardias muy particulares nos llamó la atención.

Con una arquitectura de los principios del siglo XX, decorada en su fachada y interiores con águilas y leones, supimos que es es un lugar muy misterioso, con muchas historias,  y que no se sabe mucho de los que vivieron ahí ni el motivo de esos centinelas. Algunos hasta dicen que es una casa “embrujada”.

Ya por la noche, Quique y Alexis salieron para comer algo por la ciudad. En el menú decía que había molleja! (plato típico uruguayo de la parrillada). Quique no se aguantó y pidió el “extrañado” saborcito de casa, llegando a salivar! Pero se olvidó que estaba  a miles de kilómetros de los pampas y el plato que vino fue una molleja de vísceras de pollo,  nada que ver con el esperado! ( timo, órgano linfático que se encuentra en los terneros)

Al día siguiente, era turno de visitar uno de los principales atractivos de la región, las ruinas de Tazumal.

Las excavaciones formales en Tazumal iniciaron en 1940 por el arqueólogo Dr. Stanley Boggs (1910-1991), personaje importante en el descubrimiento, conservación y restauración de la arqueología en El Salvador.

Para nuestra sorpresa, mientras veníamos charlando en su coche de cualquier cosa, de repente levantamos la vista y allí nomás, imponente, se levantaban las ruinas, en medio de la ciudad!

Casi no nos habíamos recuperado del asombro, cuando Alexis nos muestra un busto que se encontraba  en la entrada a las ruinas. Era el “che” Guevara, que en su viaje en motocicleta por América, había pasado por esas mismas ruinas donde estábamos.

Ya adentro, Don Guillermo, Contador Público jubilado y guía de la zona, con su vitalidad y conocimiento, comenzó a develarnos los mundos que allí habitaron algunos añitos atrás.

Nos cuenta que el Tazumal es uno de los más importantes sitios arqueológicos de los 670 que se encontraron en El Salvador (que con sus 20.000km2 es un poco más grande que Tacuarembó!).

Los Olmecas (una de las primeras civilizaciones en Mesoamérica) 1500 A.C – 500 A.C que por allí pasaron, dice don Guillermo nos dejaron dos legados: el 0+ en la sangre y la “mancha mongólica” o “lunar del indio” que con el tiempo se desaparece.

El templo, tiene la forma de una tortuga, símbolo de la fertilidad para los mayas, y construido en honor al Dios Chac, de la fertilidad.

Acá apreciamos una “ilusión óptica” increíble! Aunque no se puede ver en la foto, desde arriba se veía abierto al inicio y angosto al final, pero si lo mirábamos desde acá, son dos líneas paralelas.

“En el Salvador se han hallado más de 30 juegos de pelota”, – dice don Guillermo –  “Representaban el sistema galáctico, la pelota el sol, los jugadores los astros. Eran 6 jugadores contra 6, a muerte. Ser jugador de pelota y morir en el juego, era un honor, se iban directamente al paraíso, sin pasar por el purgatorio. Se encontraron 6 jugadores de pelotas enterrados acá. Cada uno tenía 160 piezas de Jade (coderas, rodilleras, cascos) pero de todas esas piezas no queda ninguna en el Salvador, todas se las llevaron a Estados Unidos”.

Este es uno de los principales personajes del museo: Xipe-totec, el señor “despellejado”, dios tolteca de la fertilidad y la guerra. Perdió la mano en un pleito que tuvo con otro dios. Le pidió revancha, lo mató y le quito la piel. Y desde ese entonces se viste con la piel del dios muerto (y de sus víctimas).

Saliendo de las ruínas nos llama la atención un muro con grandes revolucionarios salvadoreños: Farabundo Marti y Monseñor Romero, junto al Che. Y juntos a ellos, un carrito de helados con un señor que estaba al lado descansando en la sombra.  En la misma hora, Alexis cuenta que es Don “Lupa”, una leyenda viva de la ciudad y que debíamos probar su rico helado.

Unas horas más tarde, Alexis tenía un evento político en un campo de la ciudad y nos llevó para conocer.

Llegando allá, una sorpresa. ¿Quien era la persona que estaba en la puerta del gimnasio de deportes? Don Lupa.

Hace más de 45 años que vende helados y gracia a su trabajo, le pudo dar estudios a todos sus hijos. Son esos encuentros que aunque breves, nos quedan la dignidad marcadas en el alma. Salú Don Lupa!

Saliendo de ahí, fuimos conocer la laguna de Cuscachapa, de origen volcánica donde se cuentan muchas leyendas de la historia indígena  local. En su contorno, día a día las personas usan la laguna para caminar y praticar deportes, pero justo en los días anteriores las lluvias habían destruido una parte de los árboles y el nivel de agua estaba muy arriba del normal.

Después de estos pocos pero enriquecedores días con Alexis y su madre en Chalchuapa, llenos de gratitudes por la forma y el cariño con que nos acogieron, había que seguir andando…

 

AUACHAPAN

Era el mediodía del 30 de diciembre cuando salimos de Chalchuapa, y luego de casi dos horas de pedalear ya estábamos en Ahuachapán. Como no teníamos ninguna referencia esta vez, preguntamos por la estación de bomberos y hasta allí fuimos.

Llegando al local, consultamos por la posibilidad de pasar una noche al que estaba de encargado y luego de hacernos algunas preguntas con cara un poco seria, dijo que no había problemas (ya con aspecto más distendido y con cierta complicidad).

Enseguida fuimos entrando en contacto con el resto de los bomberos presentes y nos fueron haciendo sentir rápidamente muy cómodos. Luego de un baño reparador, faltaba reparar el hambre, y salimos en busca de algo para arreglarla, y de paso fuimos haciendo nuestros primeros acercamientos a la ciudad.

Ya de vuelta en la “base”, limpios, descansados y con la panza llena (y el corazón contento) se dio la oportunidad de conocer algo de los “guardianes de vidas” que estaban presentes. Y pasamos horas que parecieron minutos, simplemente contándonos vivencias, relatándonos experiencias, en ese otro “hospedaje” que se da cuando escuchamos al otro atentamente y lo recibimos con los sentidos abiertos, sin apuros de otras actividades, sin distracciones de últimos celulares.

Y así, nos fueron preguntando de nuestros países, encontrando raras algunas de nuestras costumbres, queriendo saber nuestro recorrido y que habíamos visto por ahí.

Y en esas charlas, había uno que era además de bombero, un atleta de lujo, sino de profesión (por un tema de apoyo económico) si de vocación. Incursionaba y competía en todo tipo de deportes.

Otro, nos narró su experiencia cuando se fue “mojado” a Estados Unidos. Dice que un rió que separa (o une) México de Usa, hay que cruzar nadando lo más rápido posible, no solo porque  te puede agarrar la migra que andan como centinelas patrullando en lanchas, sino que más que nada porque se encuentra una represa que de tanto en tanto abren las compuertas (no recuerdo si era para regular el caudal de agua o de “ilegales”) y si estas  adentro, te chupa.

Respecto a las maras (pandillas), que era algo que siempre nos inquietaba un poco y tratábamos de entender y conocer lo mejor posible, nos dijeron que por experiencias personales, que hay que ser inteligente y llevarse bien con ellos y con la policía, pero no pasarse de cierto punto, porque si uno se hace muy cercano a un grupo, se pone al otro en contra. Que tenés que tratarlos de la misma forma que a cualquier otra persona, ni sumiso ni superior, con amabilidad y respeto.

Al día siguiente, 31 de diciembre salimos para conocer un poco de la ciudad, pero antes ya estábamos arreglando nuestras cosas para seguir adelante y buscar algún lado para pasar el Año Nuevo cuando generosa y amablemente nuestros anfitriones nos invitaron para quedarnos esa noche especial con ellos . Y claro que aceptamos !

Durante la mañana y tarde fuimos al centro de la ciudad, caminamos unos metros y vimos un majestuoso árbol lleno de farolitos en el alto. Y quizás sea casa de algún nido…

Alfredo Espino (1900-1928) poeta nacional salvadoreño, hijo de Auachapán, tiempo atrás, nos regalo este poema:

“El Nido”

Es porque un pajarito de la montaña ha hecho,
en el hueco de un árbol, su nido matinal,
que el árbol amanece con música en el pecho,
como que si tuviera corazón musical.

Si el dulce pajarito por entre el hueco asoma,
para beber rocío, para beber aroma,
el árbol de la sierra me da la sensación
de que se le ha salido, cantando, el corazón.

Los bomberos nos contaron que una de las tradiciones de Ahuachapán es la celebración del día de los Farolitos. En un principio se colocaba un farolito en cada casa, pero en los últimos años los habitantes han tomado la tradición de crear sofisticados faroles que iluminan varios lados de la ciudad.

Monumento a los países centro-americanos y un “error” del pintor de la calle?

Después de un desayuno con muchas pupusas y horchata llegamos al Parque Central La Concordia, un lugar muy bonito, tranquilo y arborizado pero nos llamó la atención esta placa.

Al lado del parque queda la hermosa iglesia La Asunción junto con el Pasaje Concordia que fue recientemente rescatado y remodelado, siendo una agradable área peatonal con preciosos y coloridos murales junto a una fuente y algunos restaurantes alrededor.

Caminando un poco más vimos un hombre en bici y con muchas bolsas negras alrededor de su bici. Lo quedamos mirando curiosos por saber que hacía. Su nombre es Walter y desde hace años recorre calles y entrega panes. Compramos una bolsita y nos quedamos de charla.

La ciudad también es conocida como la capital geotérmica de América Central por tener muchos Ausoles o fumarolas en esta región. La energía geotérmica utiliza el calor interno de la tierra o del subsuelo que sube en forma de vapor a la superficie.

Antes de regresarnos a la estación de bomberos entramos en una callecita donde había una feria para la fiesta de fin de año. Con mucha gente vendiendo cohetes, bebida y comidas típicas para la cena. Y como había muchos productos explosivos allá estaban nuestros amigos bomberos por la vuelta en caso de alguna explosión.

Ya en el camino de vuelta vimos una pareja viajera en bicicletas y fuimos a ver si necesitaban de una ayuda y saber también un poco de la historia de ellos. Eran los húngaros Árpad y Zita del proyecto “ Honeymoon around the world”, o sea, una pareja en luna de miel que hacía 3 años andaban viajando en bici por varios países. Ellos estaban buscando lugar para quedarse y nosotros le indicamos los bomberos y ahí fueran a pasar el año nuevo con nosotros también.

Estuvimos curioseando su bicis, y alguno de los bomberos las nuestras…

Y como muchas cosas, no alcanzan con leerlas o escucharlas para aprenderlas (y aprehenderlas), hay que experimentarlas…

Por la noche, Alfredo, Cerritos, Danilo, Francisco y William con mucha amabilidad nos invitaron a la cena del año nuevo con ellos.  Un momento muy lindo que pasamos…  dentro de unos minutos más ya iba a ser 2015!

Los bomberos de Ahuachapán, dejaron en alto no solo a los bomberos Salvadoreños, sino a los todos los bomberos centroamericanos en particular, y al “bombero” en general, cumpliendo no solo la tarea (nada menor) de salvar vidas, sino de también la de recibir al extraño que llega, no solo con un espacio para que pase la noche, una ducha y una comida caliente (que no son poca cosa) sino también con el corazón abierto, la alegría urgente, la esperanza intacta, el servicio presente y la entrega sin dobleces.

Y para terminar, Cerritos, en nombre de todos nos regaló un poco de ellos, ésta muy linda camiseta, que recorrió y sigue y seguirá andando y desandando los caminos de nuestra América, y que trae y espero sepa dar un poquito de toda la generosidad de esta gente que lleva invisible en su interior.

Es de esta experiencia en particular, y el resto en general, que ahora, cada vez que vemos un bombero, vemos un amigo.

Era el primer día del año y teníamos que decidirnos por dónde íbamos hasta Guatemala, y en ese momento, siguiendo consejos de los bomberos elegimos hacer el camino más largo que pasaría por la ruta de las flores y no por la frontera más cerca  Las Chimanas que era un camino ideal para quien quiere sufrir subiendo montañas…